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22 El sesgo patriarcal del conocimiento/Favela-Calvillo./ 15-24
Victoria Ocampo, quien en La mujer y su expresión, su época son rechazadas y marginadas por el simple
charla emitida en 1935, narra que en un viaje en hecho de haber sido escritas por mujeres. Otro modo
barco de Buenos Aires a Berlín escuchó por casualidad de descarte es que “los textos escritos por miembros
la conversación entre un hombre de negocios y su de grupos sociales subordinados o marginales, leídos
esposa. “Hablaba a su mujer para hacer unos encargos”, según los códigos hegemónicos, parecerán carecer de
escribe Ocampo, “Empezó así: ‘No me interrumpas’. Ella calidad que justifique su inclusión” (Pratt, 2000, p. 71).
obedeció tan bien y él tomó tan en serio su monólogo, Quienes han sido formados exclusivamente por textos
que los tres minutos reglamentarios transcurrieron sin canónicos, sostiene Pratt (2000, p. 72), “carecerán de
que la pobre mujer tuviera ocasión de emitir un sonido” los conocimientos necesarios para valorar la escritura
(Ocampo, 2000, p. 61). La autora suspendió la anécdota de grupos subordinados o excluidos”, de modo que así
para referirse a su público: logra mantenerse el carácter autorreferencial.
Los procesos antes descritos derivan en una
Pues bien, yo que he sido invitada a venir a hablar comprensión parcial de nuestra historia, pero también
y que se me paga por hacerlo, quisiera deciros: en la exclusión sistemática de las mujeres de los
‘Interrumpidme. Este monólogo no me hace feliz. Es espacios de poder y, sobre todo, en la imposibilidad de
a vosotros a quienes quiero hablar y no a mí misma. intervenir en las formas en que se concibe el poder en
Os quiero sentir presentes. ¿Y cómo podría yo saber sí mismo. La marginación de las mujeres de los entornos
que estáis presentes, que me escucháis, sino me de conocimiento no es casual, sino parte sustantiva del
interrumpís? paulatino pero constante avasallamiento patriarcal.
En la medida en que el patriarcado es un sistema que
Y prosigue: “Me temo que este sentimiento sea muy abarca cada aspecto de la vida y en el que tanto mujeres
femenino. Si el monólogo no basta a la felicidad de las como hombres hemos sido domesticados, la presencia
mujeres, parece haber bastado desde hace siglos a la de de mujeres en posiciones de poder, y en específico en
los hombres”. Creo –sostiene la escritora argentina– “que, donde se genera el conocimiento, es una condición
desde hace siglos, toda conversación entre el hombre necesaria mas no suficiente para la transformación
y la mujer, apenas entran en cierto terreno, empieza radical. La posibilidad real de cambio vendrá de nuestra
por un: ‘no me interrumpas’ de parte del hombre. capacidad de mirar más allá del horizonte impuesto, es
Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera decir, del patriarcal.
predilecta de expresión adoptada por él (la conversación
entre hombres no es sino una forma dialogada de ese
monólogo)”. Más adelante Ocampo agrega que “la mujer Una pregunta abierta
se ha resignado a repetir, por lo común, migajas del El diálogo entre las investigaciones arqueológicas y la
monólogo masculino disimulando a veces entre ellas historia de las mujeres ha llevado a investigadoras como
algo de su cosecha” (Ocampo, 2000, p. 63). Sin embargo, María J. Rodríguez (2007) y Blanca Solares (2007), entre
la permanencia del canon no es resultado de la mera otras, a plantear interesantes preguntas respecto de la
contención o autocensura femenina; como Pratt señala, condición de las mujeres en Mesoamérica, antes del
la naturalización del canon ocurre de distintos modos, la desembarco colonial. Dichas indagaciones, a grandes
exclusión puede ser resultado de razones extraliterarias, rasgos, indican que la expulsión de las mujeres de los
como en el caso de obras que habiendo circulado en espacios de poder formal, como el político, la limitación
3 Shadow ubica el desplazamiento de la antigua equidad entre los géneros alrededor del Preclásico temprano (1200-400 a. C).
Tequio, septiembre-diciembre 2019, vol. 3, no. 7