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18 El sesgo patriarcal del conocimiento/Favela-Calvillo./ 15-24
fue indispensable para la cocción y la conservación de El sesgo patriarcal es, además, una forma de
los alimentos, la cestería y el tejido, que fueron las discriminación epistémica que en la actualidad está
primeras formas de escritura. Como podemos corroborar atravesada por relaciones coloniales, como el racismo
gracias a numerosos vestigios arqueológicos, las estructural, y que se desenvuelve en un contexto
investigaciones en Antropología Forense y las cada marcado por la expansión, la explotación y la dominación
vez más precisas herramientas para datar las reliquias capitalistas. Sin embargo, dicho sesgo coexiste con
materiales, el rol fundamental que desempeñaron las múltiples maneras no hegemónicas de conocimiento
mujeres en el mantenimiento de la vida las dotó de que son excluidas pero que persisten y se reactualizan
una condición privilegiada, sin que ello significara la constantemente. Para resquebrajarlo y a la miopía
estratificación de las comunidades humanas. que impone, propongo mirar la historia larga y en ella
El reduccionismo opera no sólo al constreñir la las diversas y cambiantes expresiones tanto de poder
totalidad de la historia humana a su último parpadeo; como de conocimiento.
más grave aún, las investigaciones marcadas por el
sesgo reproducen una suerte de miopía en la medida
en que interpretan tanto al pasado largo como al La historia larga
reciente en función de los valores, criterios y dogmas Ninguna periodización es neutral y aunque sean
contemporáneos, lo que se vincula con el siguiente arbitrarias, no por eso son casuales. Son el reflejo
rasgo del sesgo patriarcal. El segundo sentido en el de los valores y de los supuestos pero no de quienes
que constituye un reduccionismo es en la medida en vivieron en las épocas a las que se refieren, sino
que propicia la invisibilización y el desconocimiento de quienes las disponen. Hablar de etapas, por
sistemático del papel de las mujeres no sólo en la historia ejemplo, presupone ya una temporalidad lineal y
larga, sino dentro del propio horizonte patriarcal, y sucesiva, propia de la modernidad y por lo general
particularmente en los campos de la política institucional comprometida con nociones como el progreso. Es
y del conocimiento. La exclusión de las mujeres ha injustificado que un periodo tan prolongado como
derivado en la naturalización de criterios androcéntricos la llamada era lítica (30,00-2,500 a.n.e) quede
que terminan por garantizar el predominio masculino reducido a una misma “etapa” y que su estudio, con
en espacios culturales, literarios y científicos. Autoras frecuencia, sea puesto de lado. Pinturas murales,
como Londa Schibienger (1993), Sandra Harding cocinas, entierros, herramientas, santuarios, cerámicas
(1996), Mary Louisse Pratt (2000) y Riane Eisler y piezas de orfebrería han dejado huella de un culto
(2005), entre muchas otras, han documentado cómo a a la feminidad que se extendió por Eurasia durante
pesar del carácter inestable e históricamente variable este intervalo. En El cáliz y la espada, Riane Eisler
del canon, los criterios de marginación se mantienen. reconstruye la importancia del culto a la feminidad en
Podemos identificar cuando menos tres mecanismos el arte paleolítico y afirma que “las representaciones
a través de los cuales se rearticula el sesgo patriarcal y símbolos femeninos asumían un papel primordial”
en las diferentes corrientes de pensamiento: primero, el (Eisler, 2005, p. 13). Narra, además, un conjunto de
proceso de “naturalización” del orden vigente y de las ejemplos sobre cómo los prejuicios de los estudiosos
relaciones de dominación; segundo, la invisibilización los llevó a ignorar los descubrimientos que indicaban
del poder y de la obra de las mujeres; y, tercero, el no sólo la existencia de estos cultos ginocéntricos y
carácter autorreferencial del canon y su consiguiente sus símbolos –como el poder vivificante de la sangre y
configuración como artilugio de exclusión de las formas la asociación entre la mujer, el proporcionamiento y el
de conocimiento de los grupos no hegemónicos. mantenimiento de la vida–, sino el papel trascendental
Tequio, septiembre-diciembre 2019, vol. 3, no. 7