Page 39 - TequioVol1No2
P. 39
Mecanismos de control neuroinmune /Pérez y Torres/35-49 37
nAChRs se encuentran distribuidos en las sinapsis adyacentes a linfocitos CD4 y CD8, próximos a
entre las neuronas pre y posganglionares de los macrófagos y linfocitos B de ganglios linfáticos
sistemas simpático y parasimpático, así como en las (Felten, Madden, Bellinger, Kruszewska, Moynihan y
membranas de fibras musculares esqueléticas en la Felten, 1998). El nivel de noradrenalina liberado en
unión neuromuscular y en células efectoras, como las las terminales nerviosas en las proximidades de estas
beta del páncreas (Delbro, 2012). células es de aproximadamente 1x10 M (Shimizu,
-5
Los neurotransmisores del SNS son la dopamina Hori y Nakane, 1994), mientras que la cantidad de
(DA), adrenalina (A) y noradrenalina (NA), dichas adrenalina liberada a la circulación durante periodos de
catecolaminas se sintetizan a partir de la tirosina, estrés puede alcanzar concentraciones de 1x10 M en
-7
este aminoácido es captado de la circulación por un plasma. Así, las células en estos dos compartimentos
proceso de transporte activo hacia el interior axonal, pueden estar expuestas a diferentes concentraciones
posteriormente se hidroxila para formar dopa, de catecolaminas, dependiendo de si es comunicación
luego se descarboxila para generar dopamina parácrina o endócrina. También se ha reportado que
y finalmente se hidroxila en la posición beta de existen terminales nerviosas dopaminérgicas en
la cadena lateral para formar noradrenalina, la tejidos linfoides (Bencsics, Sershen, Baranyi, Hashim,
cual se metila por acción de la N-metil-transferasa, Lajtha y Vizi, 1997), razón por la que es posible sugerir
formando adrenalina (Eisenhofer, Kopin y Goldstein, que las células de estirpe inmune pueden estar en
2004). Existen receptores específicos para cada contacto con dopamina a nivel de bazo, medula ósea
catecolamina endógena o su análogo sintético, y el sistema circulatorio (Basu, Dasgupta, Lahiri y
empero, pueden activar la mayoría de la gama de Chowdhury, 1993).
receptores, dependiendo el tiempo y la concentración Se cuenta con evidencias de que el organismo, al
de las mismas. encontrarse con un antígeno, induce activación del
SNS y la consecuente liberación de noradrenalina en
Regulación adrenérgica del sistema el tejido linfoide, independientemente de la respuesta
inmune al estrés que incluye la producción y liberación de
Como se mencionó previamente, los sistemas nerviosos noradrenalina y adrenalina. Infecciones sistémicas
parasimpático y simpático mantienen la homeostasis (Avila, Ulloa, Gonzalez, Moreno y Diaz-Nido, 1994)
al regular la actividad de aquellos órganos que no o inoculación de LPS aumentan los niveles de NA
están controlados por el sistema nervioso voluntario liberada en el bazo durante las primeras horas de
consciente. Ejemplo de ello son las respuestas rápidas exposición (Kohm y Sanders, 2001). En el mismo
del sistema cardiovascular asociadas a cambios en el sentido, antígenos proteicos solubles aumentan los
volumen sanguíneo. Por otra parte, hay evidencias niveles de NE en bazo y médula entre las 9 y 10 h
de que el sistema inmune también es regulado por posteriores a la inoculación (Kohm, Tang, Sanders
el SNS; así, la primera relación entre ambos sistemas y Jones, 2000), sugiriendo que la distribución, el
es anatómica, ya que se ha reportado que tanto procesamiento y la presentación del antígeno, así
órganos linfoides primarios como secundarios reciben como la producción de citocinas concomitantes,
fibras nerviosas simpáticas (Felten, Felten, Bellinger, ocurren antes de que el sistema nervioso simpático sea
Carlson, Ackerman, Madden y Livnat, 1987). A nivel del activado. Luego entonces, la activación del SNS sería
bazo, timo y nódulos linfáticos, hay un gran número uno de los mecanismos por los cuales el cerebro puede
de terminales nerviosas en el parénquima de la pulpa comunicarse con células del sistema inmunológico
blanca del bazo, así como en la zona periarteriolar y regular la magnitud de la respuesta inmune que
Tequio, vol. 1, no. 2, enero-abril, 2018