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mayo-agosto  -  2020  /  3(9)
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                                             Los linfocitos B pueden reconocer a los antígenos directamente, a
                                          través de su BCR. La función principal de estos linfocitos activados
                                          es diferenciarse en células plasmáticas secretoras de anticuerpos
                                          específicos contra los antígenos extraños. Asimismo, secretan cuatro
                                          tipos principales de anticuerpos con funciones biológicas diferentes:
                                          IgM (que pueden activar el complemento), IgG (que interaccionan
                                          con  el  complemento  y células  como  fagocitos y  células  NK),  IgE
                                          (que interactúan con eosinófilos, basófilos y mastocitos) e IgA
                                          (responsable de la inmunidad en las mucosas) (Forthal, 2015). Los
                                          anticuerpos cumplen las siguientes funciones:

                                            I.  Bloquean o neutralizan toxinas o virus para que no puedan
                                                dañar o infectar a las células.
                                            II.  Opsonizan* (recubren) a las bacterias y levaduras, de modo
                                                que sean más fácilmente fagocitadas y destruidas.
                                            III.  Activan el sistema del complemento. La función final de
                                                este sistema es la formación de un poro en las membranas
                                                celulares de las bacterias, así como promover su fagocitosis y
                                                la inflamación (Forthal, 2015).

                                          Por otra parte, los linfocitos T no pueden reconocer directamente a
                                          los antígenos y requieren que otra célula se los muestre, la cual recibe
                                          el nombre de célula presentadora de antígeno (APC*, generalmente
                                          células dendríticas, pero también macrófagos y linfocitos B, entre
                                          otras), misma que le presenta los antígenos microbianos a los
                                          linfocitos T, asociados con un grupo de moléculas llamadas complejo
                                          principal de histocompatibilidad (MHC*). Existen dos clases de
                                          moléculas del MHC: MHC I, que se encuentran en todas las células
                                          nucleadas y plaquetas, y MHC de clase II, que se localizan sólo en
                                          ciertas células inmunitarias, incluidas las dendríticas, macrófagos y
                                          los linfocitos B (Marshall et al., 2018).

                                             Las  dos  principales  subpoblaciones  de  linfocitos  T  son  los
                                          T cooperadores (CD4+*), los cuales reconocen fragmentos de
                                          antígenos unidos al MHC  de clase II,  y los  T citotóxicos (CD8+*),


                                                                                                 La respuesta inmunitaria
                                                                                              frente al virus SARS-CoV-2
                                                                                                      Aguilar & Sánchez
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