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mayo-agosto  -  2020  /  3(9)
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            receptores en su superficie para el reconocimiento de componentes
            microbianos (patrones moleculares  asociados  a patógenos  o
            PAMPs*, por sus siglas en inglés) o señales de daño celular (patrones
            moleculares  asociados  a  daño  o  DAMPs,  por  sus  siglas  en  inglés).
            Los receptores del sistema inmune innato que identifican los PAMPs
            y  DAMPs* reciben el nombre de receptores de reconocimiento de
            patrones (PRRs*, por sus siglas en inglés) (Marshall et al., 2018).

               Las citocinas y quimiocinas son pequeñas proteínas y péptidos
            que modulan la respuesta inmune innata y adaptativa, por ejemplo,
            reclutan a los leucocitos desde la sangre hacia los tejidos infectados
            y lesionados, proceso conocido como inflamación y –como veremos
            más adelante–  son importantes  en la respuesta  antiviral.  Incluso,
            también hay citocinas con funciones inmunosupresoras (Marshall et
            al., 2018).

               En cuanto a las células de la respuesta inmune innata, encontramos
            a los fagocitos, los cuales se subdividen en dos tipos de células
            principales: neutrófilos y macrófagos residentes de tejidos. Ambos
            engullen (fagocitan) microbios y los matan a través de múltiples vías
            bactericidas (Marshall et al., 2018). Las células citolíticas naturales (NK)
            juegan un papel importante en la eliminación de aquellas infectadas
            por microbios intracelulares y virus, a través de la liberación de sus
            gránulos citotóxicos (Marshall et al., 2018; Sompayrac, 2019).

               La inmunidad adaptativa es producida por los linfocitos T y B, y se
            puede dividir en inmunidad celular, la cual es mediada por los linfocitos
            T y los anticuerpos secretados por los linfocitos B (denominada
            inmunidad humoral); los linfocitos T y B se caracterizan por expresar
            receptores muy diversos (TCR y BCR, respectivamente) que pueden
            reconocer componentes muy específicos de un microorganismo,
            conocidos como antígenos*, a esto se le llama especificidad. Además,
            tienen la capacidad de responder más vigorosamente a exposiciones
            repetidas del mismo microbio, lo que se conoce como memoria
            inmunológica.


            La respuesta inmunitaria
            frente al virus SARS-CoV-2
            Aguilar & Sánchez
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