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Sobre violencia obstétrica/Mendoza López /63-72 67
sobre la atención, utilizando señas, ademanes y hasta idea sobre lo que les parece la experiencia que están
sutiles gritos que les hacen hallar a su familiar, con el viviendo.
que ya han quedado de acuerdo para encontrarse ahí:
cuando las mujeres consiguen ver a quien las acompaña Solicitar la atención
(marido, madre, suegra, etcétera), aprovechan para Otros actos y actitudes que son calificados como
platicar de cómo se sienten al interior del lugar donde violencia obstétrica, de acuerdo con GIRE (2016, p. 12),
las están atendiendo, se informan lo que les ha dicho el son “el aplazamiento de la atención médica, la omisión
médico a ambos, preguntan sobre los procedimientos o de la atención oportuna y eficaz de las emergencias
instrucciones de cuidado, o simplemente se miran para obstétricas y la espera inadecuada que obstaculiza el
saber que están ahí, aunque no puedan estar juntos. proceso de atención”. Frente a estas experiencias de
Las embarazadas primerizas piden consejos a sus violencia y atención inadecuada, las mujeres movilizan
madres o suegras y éstas las tranquilizan, o en su sus redes de apoyo y, una vez que conocen cómo
defecto las regañan cuando sienten temor o algo no funciona el hospital, juegan con el sistema y logran
les parece porque nunca lo habían vivido. Es en este recibir la atención que necesitan, tal como lo registro en
espacio en donde se acuerdan acciones comunes entre la siguiente descripción.
las dos partes. Este puente es posible establecerlo a Para solicitar ser atendidas, las embarazadas deben
través de señas, gritos o palabras mudas, lectura de pasar primero por el consultorio de valoración, que es
labios o ademanes. el primer filtro y contacto con el personal médico, en el
cual se decide si su dilatación es la adecuada para que
Los baños del hospital como pueda ingresar a la sala de expulsión, o bien, para que
mural de apropiación sea enviada a su casa o a esperar y caminar afuera, para
De acuerdo con GIRE (2015), un elemento de violación luego retornar y ser valorada de nuevo.
a los derechos reproductivos es ignorar a las mujeres En la sala de espera de este consultorio se encuentra
usuarias, brindando atención médica con actitud de desde la mujer que ha llegado por primera vez, hasta la
rechazo e indiferencia frente a los padecimientos y que ya ha estado ahí dos o tres veces, esperando tener
solicitudes o reclamos de las embarazadas, frente a la dilatación suficiente para poder ser atendida. Una
lo cual ellas responden de diversas formas, una de las forma en la que ellas y sus familiares, especialmente
sutiles maneras que pude identificar fue la siguiente: sus madres o suegras, logran que el hospital acepte
en las salas de espera se encuentran los baños, que ingresarlas es esperando el siguiente turno, pues el
cuentan con reducidas divisiones que vuelven casi área cambia a otros médicos, médicas y enfermeras,
imposible que una embarazada acceda con comodidad, y entonces las mujeres pueden ingresar de nuevo
pues es difícil cerrar la puerta o moverse con libertad y solicitar que las revisen bajo el criterio del nuevo
una vez adentro, ya que el espacio interno mide personal.
aproximadamente 45 cm., lo que cubre apenas el ancho Por esta razón muchas de las mujeres en lugar de
del retrete. En las paredes metálicas del baño pueden regresar a su casa, a donde son mandadas por el médico
leerse rayones, escrituras expresivas de mujeres o médica que las valoró, se quedan ahí, en la sala de
embarazadas antes de ser internadas, de madres o espera, “acechando” la entrada del nuevo turno o de un
abuelas sobre la situación que viven en el hospital. nuevo médico o médica para solicitar la atención otra
Es una especie de mural, a manera de apropiación vez, para decir o acusar que ya habían sido revisadas
del espacio, el cual se utiliza para manifestar de forma y valoradas por el o la especialista anterior, pero que el
escrita y anónima un sentimiento, una frustración o una diagnóstico no fue satisfactorio para ellas, por el trato
Tequio, vol. 2, no. 5, enero-abril, 2019