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Hostigamiento y acoso sexual en los espacios universitarios/Bautista Díaz/51-60 53
características, los factores que condicionan la agregar el mundo estudiantil, específicamente el
percepción del fenómeno, las consecuencias que ámbito universitario, porque ahí también suceden
provoca en las agredidas y el marco legal que sanciona ese tipo de prácticas. Por ello es importante realizar
estas prácticas. También se analizan como una estudios que muestren las dinámicas de la violencia
manifestación de la violencia patriarcal y machista que machista contra las mujeres no sólo en la sociedad en
prevalece en todos los espacios de la sociedad, incluido general, sino también en los espacios universitarios,
el ámbito escolar y en particular el universitario. donde se ha constatado que la visión machista y
patriarcal tiene una fuerte incidencia.
Conceptualización del acoso sexual Una definición que rescata elementos importantes
Hay un sinnúmero de definiciones sobre el acoso, sobre el HAS es la siguiente:
pero un elemento generalizado en estas definiciones
es que se trata de una forma de violencia y En el hostigamiento, la víctima se encuentra
discriminación contra las mujeres. El término acoso bajo una relación de subordinación escolar, por lo
sexual fue empleado por primera vez en 1974, que el victimario abusa de su posición jerárquica
durante un curso dictado en la Universidad de para violentar a las/los estudiantes; puede
Cornell, Nueva York, por un grupo feminista que ser personal administrativo, docente o alguna
analizaba sus experiencias con los hombres en el autoridad escolar. En el acoso sexual el victimario
mundo laboral y el comportamiento masculino que es de la misma posición jerárquica e incluso de
no valoraba ni el trabajo de las mujeres ni a ellas posición menor a la víctima, por lo tanto, puede
mismas; de esta forma observaron que este tipo de darse entre estudiantes. Asimismo, el victimario
agresiones parecían ser sólo de connotación sexual, demuestra unilateralmente sus deseos sexuales
pero en realidad constituían un ejercicio de poder a una víctima a la cual fastidia y acorrala,
(Dourambeis, Pernas et al.; Wise y Stanley, en Bosch, llevándola a un estado de indefensión y riesgo,
Escarrer, Ferreiro, Ferrer, Navarro y Ramis, 2009). independientemente de que se realice en uno o
Ana L. Kornblit y Mónica Petracci (en Bosch et al., varios eventos (UABJO, 2016, p. 11).
2009, p. 9), entre otras y otros autores, han afirmado
que “el acoso sexual es un problema de poder, no un Hay una clara diferencia entre lo que es hostigamiento
problema sexual”. En este sentido, Begoña Pernas et sexual y acoso sexual. En el primero el agresor se sitúa
al., Carme Alemany et al. y Rocío Pérez Guardo (en en una posición de poder, y en el segundo puede suceder
Bosch et al., 2009) recalcan que no es una cuestión entre pares. Sin embargo, la violencia hacia las mujeres
de poder jerárquico, sino de poder de género, por ello tiene que ver con el ejercicio de poder de género, no
se considera como violencia hacia las mujeres. Si bien jerárquico, de ahí que cualquier persona del sexo masculino
los hombres también pueden ser objeto de acoso puede ser un violentador, por el simple hecho de que
sexual, las mujeres son más vulnerables a vivirla, socialmente se cree que tiene más poder que la mujer.
pues se les ha hecho creer que no tienen poder y Geer Hofstede (en Bosch et al., 2009), desde un
esto se manifiesta en la confianza en sí mismas, la punto de vista psicológico, empleó el término “distancia
autoestima o la costumbre de quedarse calladas ante de poder” para referirse a la diferencia de influencia entre
las situaciones que les provoque incomodidad. dos personas; en este caso entre acosador y víctima, lo
Según Teresa Torns et al. (en Bosch et al., 2009, p. que lleva a entender el proceso de victimización al que
9), el problema del poder de género es una expresión son sometidas las afectadas, situación que se observa
del patriarcado en el mundo laboral y aquí podemos en el ámbito universitario, donde autoridades escolares
Tequio, vol. 2, no. 5, enero-abril, 2019