Page 14 - Tequio 11
P. 14

12    Filogenia: conceptos y generalidades/Leopardi-Verde & Escobedo-Sarti/7-25






                segunda tiene que ver con la definición precisa (sin ambigüedades) de los estados de carácter; esto es, de las
                diferentes formas en las que puede presentarse ese atributo (Wagner, 2001; Poe & Wiens, 2000). En muchos
                casos, los rasgos elegidos marcan discontinuidades muy claras, por ejemplo “verticilos trímeros” y “verticilos
                tetra- o pentámeros”, el primero es un carácter que define a las monocotiledóneas, mientras que el segundo
                distingue a las eudicotiledóneas (Simpson, 2019).
                   Los caracteres fenotípicos pueden ser utilizados de varias maneras: (i) codificando de forma discreta
                a aquellos rasgos que podrían resultar informativos (Wagner, 2001; Poe & Wiens, 2000); (ii) empleando
                caracteres continuos discretizados a través de alguno de los métodos propuestos a lo largo de los últimos 30
                años (para una revisión, consultar García-Cruz & Sosa, 2006); (iii) haciendo uso de caracteres continuos de
                forma directa; a diferencia de los enfoques anteriores, éstos pueden ser analizados mediante la parsimonia
                cuadrática propuesta por Goloboff, Mattoni & Quinteros (2006) o con inferencia bayesiana modelados bajo
                difusión browniana (brownian Diffusion), o una de las variantes del modelo de procesos estocásticos conocido
                en inglés como Random Walks (Lemey, Rambaut, Welch & Suchard, 2010).

                Caracteres genotípicos
                Los caracteres genotípicos se derivan del estudio directo de la información contenida en el genoma; esto
                puede ser a través de marcadores moleculares como los RAPD, AFLP, SSR, entre otros, así como del estudio
                directo de las secuencias de ADN. En la actualidad la fuente predilecta de información para construir filogenias
                es el uso de secuencias de ADN, que puede ser de regiones específicas del núcleo, cloroplasto o mitocondrias
                o una combinación de éstas, según la profundidad de las relaciones o grupo de organismos a estudiar (p.
                e. Jiang, Zhu, Song, Li, Yang & Yu, 2014; Leopardi-Verde, Carnevali & Romero-González, 2017). La elección
                de las regiones a usar normalmente está relacionada con la tasa de evolución; por ejemplo, en plantas la
                tasa de evolución del genoma del cloroplasto es mucho mayor que la de las mitocondrias y por lo mismo es
                más informativo (Soltis & Soltis 1999). En contraste, en los animales hay genes mitocondriales que son lo
                suficientemente variables como para que puedan ser utilizados como códigos de barras (p. e. Prado, Pozo,
                Valdez-Moreno & Hebert, 2011). Cabe mencionar que en los estudios más recientes ya se empiezan a ocupar
                cantidades masivas de datos, al punto que en algunos casos ya se emplean conjuntos genómicos completos
                (Kim et al., 2020; Koenen et al., 2020).

                Polarización
                Se dice que dos o más estados de un carácter están polarizados cuando se establece, bajo algún criterio, cuál
                fue el primero en evolucionar (Wiley & Lieberman, 2011); la misma idea aplica al escoger el grupo externo en
                una reconstrucción filogenética. La polarización es fundamental para el análisis filogenético, pues a través de
                ella es posible dar dirección a un árbol filogenético (Figura 3). Una consecuencia de esto es que se identifican
                las sinapomorfías que diagnostican a los grupos monofiléticos que emergen de un estudio. Antes de continuar,
                es importante aclarar que una apomorfía es un carácter único de un grupo que se considera una sinapomorfía
                cuando es compartido por todos los miembros de un grupo evolutivamente derivado. Mientras que si es
                compartido por todos los miembros del grupo analizado se le denomina simplesiomorfía, por ejemplo, el pelo
                es un carácter sinapomórfico de los mamíferos si se ve en el contexto de la filogenia de los vertebrados; sin
                embargo, si nos enfocamos exclusivamente en la filogenia de los mamíferos este carácter es considerado
                simplesiomórfico, porque todos lo comparten.




                                                 Tequio, enero-abril 2021, vol. 4, no. 11
   9   10   11   12   13   14   15   16   17   18   19