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Diversidad cultural y estilos cognitivos / Laura Bensasson / 39-43  43






                símbolos de los conceptos y no de los objetos percibidos   Bibliografía
                (Guirod, 2002, p. 12).                             Buxó Rey, M. J. (1984). La cultura en el ámbito
                   Pero así como los conceptos, también las imágenes son   de la cognición. En Berenguer Castelary, A. et  al.
                fundamentales para la cognición y nos permiten pensar   (1984), Sobre el concepto de cultura (pp. 33-60).
                sin expresarnos verbalmente utilizando formas concretas   Barcelona: Mitre.
                para representar ideas complejas y abstractas (Guirod,
                2002, p. 19). Mientras nuestra cultura occidental moderna   Berko, J. & Bernstein, N. (1999).  Psicolingüística.
                tiende a separar esos dos planos de nuestra experiencia,   Madrid: McGraw Hill / Interamericana de España.
                en  las culturas ‘arcaicas’  las experiencias  intelectiva y
                afectiva se integran en “prácticas ritualizadas”.  Duranti, A. (2000). Antropología lingüística. Madrid:
                   Quizá el planteamiento de Guirod se antoje      Cambridge University Press.
                demasiado dual y polarizado, pero sabemos ahora con
                certeza que las cualidades del pensamiento racional   Esquivias Serrano,  M. T. (2004). Creatividad:
                no son  universales  y que existen diferentes  maneras   definiciones, antecedentes, aportaciones. Revista
                de  procesar  la  información  que  recibimos  a  través  de   Digital Universitaria, 5(1), 1-17.
                la experiencia sensible, relacionadas con funciones
                mentales distintas que el lenguaje refleja.        Guirod, P. (2002). La semiología. México: Siglo XXI.
                   El lenguaje científico se basa en conceptos y se
                caracteriza por el elevado número de tecnicismos; el   Jakobson, R. (1996). El marco del lenguaje. México:
                saber tradicional de las culturas “arcaicas” (es decir, no   Fondo de Cultura Económica.
                occidentalizadas) utiliza, en cambio, con frecuencia un
                lenguaje imaginativo y transmite conocimientos que   Moreno Cabrera, J. C. (2000). La dignidad e igualdad
                van más allá tanto de lo racional como de lo sensible, a   de las lenguas. Crítica de la discriminación
                través del mito, la metáfora y la poesía. Esta diferencia   lingüística. Madrid: Alianza Editorial.
                de códigos y de categorías evidencia la dominancia de
                ciertas funciones mentales sobre otras y de ciertas   Ornstein, R. (1970). La psicología de la conciencia:
                maneras de organizar la información, sin que ello   una exploración del comportamiento humano.
                implique la superioridad de las funciones lógicas –propias   Madrid: Edaf.
                del hemisferio izquierdo– sobre las que se atribuyen al
                hemisferio derecho.                                Paoli, A. (2002). La lingüística de Gramsci. Teoría de
                   Para concluir, quiero señalar que se asigna un bajo   la comunicación política. México: Ediciones Coyoacán.
                rendimiento a quienes asisten a escuelas donde se
                imparte “educación indígena” o intercultural; valdría la   Springer, S. P. & Deutsch, G. (1994). Cerebro izquierdo,
                pena, sin embargo, introducir en la planeación educativa   cerebro derecho. Barcelona: Gedisa.
                intercultural no solamente contenidos que reflejen sus
                culturas, sino pedagogías adecuadas para lenguas y   Tryphon, A. & Voneche, J. (2000). Piaget-Vygotsky: la
                formas de pensar distintas, a fin de evitar la tradicional   génesis social del pensamiento. Argentina: Paidós.
                discriminación de la que son objeto los pueblos originarios
                y tal vez solucionar los “problemas de aprendizaje” de
                buena parte de la población estudiantil mestiza.






                                              Tequio, vol. 1, no. 1, septiembre-diciembre, 2017
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