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enero - abril - 2021 / 4(11)
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Por parte del estudiantado, la cosa no es más sencilla, porque si
bien es cierto que ellos y ellas sí están un poco más habituados/as
con la tecnología, nos enfrentamos a un grave problema: la falta
de orientación o uso que los/as estudiantes le confieren como un
medio de aprendizaje (Díaz-Barriga, 2020), empleando los recursos
y herramientas electrónicas y digitales más como opciones de
distracción que de formación. Sin embargo, cuando se enfrentan a
la situación de utilizarlos como “sustitutos” de un espacio escolar,
las condiciones cambian, toda vez que los escenarios son distintos y,
posiblemente, el impacto formativo no sea el mismo.
Las respuestas que le otorgan docentes y estudiantes a dar y recibir
sus clases, respectivamente, mediante plataformas digitales son
variadas y van desde antipatía, rechazo, indiferencia hasta frustración,
desesperación, enojo, tristeza, empatía, esfuerzo y apoyo, puesto que
lo anterior también es reflejo de las condiciones sociales, culturales y
económicas en las que ellos y ellas se han desarrollado, como muestra
de la desigualdad social y económica que vive nuestro país y que esta
contingencia sanitaria ha dejado ver en todo su esplendor.
Ante tales escenarios, volvamos a los sujetos: ¿Qué sienten las
y los estudiantes, las y los docentes?, ¿cómo viven estos cambios?,
¿extrañan la escuela?, y si es así, ¿qué añoran de esa experiencia
escolar? Recientemente, una de mis ex alumnas, que ahora es maestra
de educación primaria, compartió en su cuenta de Instagram unos
videos cortos que les pidió a sus alumnos/as, como parte de una
actividad de inicio de ciclo escolar, en el que expresaran precisamente
qué extrañan de la escuela. La mayoría dijo que extrañaban a sus
compañeritos/as, “jugar con ellas y ellos”; otros/as más señalaron que
extrañaban a la maestra, algunos/as se miraban alegres, sonriendo al
celular con el cual estaban siendo grabados/as, otros/as más se veían
tristes y un poco confundidos.
Con las respuestas que estas niñas y niños compartieron se
aprecia un claro ejemplo que lo que añoran, sobre todo cuando
Ser docente, ser estudiante
en tiempos de
contingencia sanitaria
Hernández-Aragón