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42 Hostigamiento y acoso: acercamiento a estos tipos de violencia /Paredes Guerrero /37-50
Araceli Mingo y Hortensia Moreno (2015, p. 141) una escala que denominan “escala del sexismo”, a
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también consideran que hay evidencia (de violencia) través de ella dan cuenta que el hostigamiento y acoso
de la "vulneración rutinaria de los derechos de muchas son manifestaciones del sexismo y que de acuerdo
mujeres —y de algunos hombres— mediante prácticas con la severidad de la práctica llaman la atención,
que, la mayoría de las veces, o no reciben la atención pues de otra manera son silenciadas, aceptadas y
debida, o por habituales pasan inadvertidas, o no normalizadas. La siguiente tabla concentra la escala y
reciben atención”. Con base en lo anterior proponen las características de cada nivel:
Tabla 3.
Escala de severidad sexista del hostigamiento y el acoso
Nivel de severidad Características
Son aquellas que: a) establecen la incapacidad de las mujeres para el
pensamiento abstracto y b) las recluye imaginariamente al “lugar al que
pertenecen”: el espacio de la domesticidad; c) coloca a las mujeres (y hombres)
Prácticas sexistas leves o al escrutinio del otro. “Este escrutinio implica la sensación de estar sometida
suaves
a un juicio permanente que no se limita al desempeño profesional, sino que
se extiende a prácticamente todos los aspectos del comportamiento y de la
apariencia de una persona”.
Tiene una significación mucho más difusa, porque tiene la capacidad para
disfrazar las intenciones de quien las perpetra. Aquí el propósito del acto está
velado mediante la estrategia del lenguaje cortés, las mujeres son altamente
Prácticas sexistas moderadas apreciadas y son consideradas frágiles, ignorantes y débiles por naturaleza; esta
condición termina convirtiéndose en una licencia que le permite a cualquier varón
abordar a cualquier mujer con una intención equívoca, cuyo contenido oculto es
sexual, pero la expresión abierta es pura cortesía.
Son aquellas que representa una situación límite, porque la “fuerza ilocucionaria”
es sustituida por “fuerza física” y ello muestra la gravedad del caso, pero también
Prácticas sexistas graves
refuerza el lugar jerárquico de los sexos, en donde las relaciones de poder se
hacen presentes de manera extrema.
Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo de Mingo y Moreno (2015, pp. 143-146 y 148-151).
3 Las autoras señalan que: “Partimos de la idea de que el sexismo no es un hecho aislado ni excepcional en la vida de las personas, sino una práctica
rutinaria, dirigida y llena de sentido social. Cuando hablamos de ‘sexismo’ nos referimos a percepciones y prácticas de sentido común —apuntaladas en
la certidumbre de una distinción natural entre mujeres y hombres— que establecen lugares jerárquicos entre los sexos y postulan un posicionamiento de
supremacía varonil. En nuestra perspectiva teórica, el sexismo es performativo porque se realiza en la acción. Es en la vida cotidiana, en la enmarañada
red de las interacciones sociales, donde se manifiesta, se consuma y se reproduce” (Mingo y Moreno, 2015, pp. 141-142).
Tequio, vol. 2, no. 5, enero-abril, 2019