Page 21 - Tequio número 3. Revista de Investigación, Divulgación e Innovación
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Sustentabilidad en la comunidad de Coatecas Altas /Cruz y Reyes/15-29 19
humano y, en términos de su dinámica, desarrollo “de Son varios los pensadores que han contribuido a
abajo-arriba” (o su contrapartida, “del centro-abajo”) y dar sentido amigable al desarrollo colocándole apodos,
otros más. máscaras, pero siempre tiene ese oscuro pasado que
Es conveniente apuntar que Boisier se refiere lo mantiene atado al crecimiento económico. En este
particularmente al desarrollo territorial y enfatiza breve apartado, de manera general, se muestran
que es necesario replantear el desarrollo, pero algunos de los tipos de desarrollo a partir de las
subraya que el territorio es un elemento propicio, ideas de Latouche (2007) y de Escobar (1996); en la
porque es ahí donde se constituye la identidad, las siguiente tabla se describen los que han tomado en
prácticas e interacciones sociales. cuenta estos pensadores.
Tabla 1.
Tipos de desarrollo
TIPO DE DESCRIPCIÓN
DESARROLLO
Aquí se intentó añadir un aspecto social al crecimiento económico, mas en ningún momento se puso en cuestión
el desarrollo. De tal modo, se habla de un nuevo paradigma de desarrollo, pero sin tocar el tótem del libre
intercambio mundial, y al no hacerlo se siguen produciendo y profundizando las dinámicas de uniformización,
occidentalización, desculturación y exclusión, en detrimento de la diversidad, la igualdad y el bienestar de los
Social países de tercer mundo.
Algo que se trata de generar con este tipo de desarrollo es otorgarle un plus, aunque sin tocar algunos de sus
elementos, por ello lo cuestionable es que permea las ideas de fuera sin pensar que lo social debe ser analizado
y concebido desde nuestros espacios; entonces el término de desarrollo se debe reconstruir y replantear a partir
de nuestros constructos, dejando de lado los tótem que se continúan reproduciendo.
El desarrollo humano surge ante la insuficiencia del Producto Nacional Bruto (PNB) per cápita para medirlo
en términos más allá del crecimiento económico, de ahí que el desarrollo humano sea de alguna forma el
complemento estadístico del social. Este tipo de desarrollo se mide a través de un índice propuesto por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual representa un avance, toda vez que tiene
en cuenta dimensiones sociales como la salud, la educación, entre otras. No obstante, cabe mencionar que aun
Humano bajo esta perspectiva, el desarrollo queda reducido a términos económicos, pues se sigue midiendo el nivel de
vida atendiendo la cantidad de dólares per cápita.
Este desarrollo es para mostrar estadísticamente lo que sucede en el ámbito social, en los diferentes parámetros
(educación, salud, marginalidad, entre otras); se dirige únicamente a establecer números, pero no profundiza en
las problemáticas de cada uno de ellos, por eso lo cuestionable es que resulta superficial, ya que los indicadores
que maneja no están contextualizados a la pluriculturalidad de las comunidades de nuestro país.
El desarrollo local, como tal, surgió para enmascarar la transformación del territorio y es un concepto
contradictorio en tanto que “el desarrollo es la consecuencia de un proceso económico que no es ni local, ni
regional, ni tampoco nacional (incluso si el Estado-Nación ha sido el actor privilegiado), sino fundamentalmente
mundial (y sobre todo en la época actual)” (Latouche, 2007, p. 36). Más aún, es incorrecto confundir crecimiento
localizado (crecimiento de los sistemas locales como respuesta a lógicas globales) y desarrollo local. Ahora bien,
Local una de las tantas paradojas del desarrollo local es la adopción de un “glocalismo”, mediante el cual se pone
a los territorios en competencia, invitándolos a ofrecer condiciones cada vez más favorables a las empresas
multinacionales en términos de ventajas fiscales, mano de obra barata, desregulación ambiental, etcétera.
Uno de los términos que destacan en este tipo de desarrollo es el glocalismo, comprendiendo que son las
mismas comunidades quienes actúan desde lo local a lo global, por ello lo discutible es que con esta idea abren
sus puertas de manera fácil a las trasnacionales o consorcios.
En la década de 1980, “la mirada objetivizante se dirigió no hacia la gente sino hacia la naturaleza, o, más bien,
al medio ambiente” (Escobar, 1996, pp. 296-287). Pero sólo hasta 1992, en la Conferencia de Río, se presentó
el concepto de desarrollo duradero, sostenible o sustentable.
Sostenible o Ahora bien, este desarrollo reúne todas las esperanzas que persiguen los diferentes planteamientos al respecto,
sustentable en particular, en tanto que se trata de un desarrollo “económicamente eficaz, ecológicamente sostenible,
socialmente equitativo, democráticamente fundado, geopolíticamente aceptable, culturalmente diversificado”
(Latouche, 2007, p. 39).
Elaboración a partir de Gómez, 2014.
Tequio, vol. 1, no. 3, mayo-agosto, 2018