Page 7 - Ra Rió Guendaruyubi 7
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septiembre - diciembre - 2019  /  3(7)
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                                          homosexuales, al experimentar sus primeras relaciones amorosas o
                                          eróticas, se enfrentan a nuevos terrenos, diferentes a los de los juegos
                                          y el relajo con amigos/as, porque pueden conocer otras dimensiones
                                          de sí mismos/as y de otros/as, vinculadas con las emociones y los
                                          sentimientos.

                                             El género y la preferencia sexual son dos condiciones que influyen
                                          sobre la manera en que los y las jóvenes ejercen su sexualidad en
                                          la escuela. En cuanto al género, existen diferencias en la forma
                                          de tratar a muchachos y muchachas cuando se trata del ejercicio
                                          de su sexualidad. Actualmente, ellas –aunque disfrutan de mayor
                                          libertad que en épocas pasadas al manifestar sus gustos– aún sufren
                                          presiones sociales y violencia por parte de sus pares, maestros/as y
                                          madres acerca de cómo deben comportarse y vestirse.

                                             En escuelas hemos visto que las chicas reciben etiquetas
                                          ofensivas que las denigran si expresan su gusto por varios chicos, o
                                          incluso si salen con ellos. En cambio, si un muchacho sostiene dos
                                          o tres relaciones con distintas chicas no es señalado por ello. Estas
                                          desigualdades, y a la vez violencias, que pesan sobre las mujeres
                                          continúan reproduciéndose en nuestra cultura, por eso es necesario
                                          abrir espacios de diálogo entre adultos y jóvenes para discutir sobre
                                          los estereotipos y roles de género.

                                             En el caso de chicos y chicas homosexuales o lesbianas, no tienen
                                          la misma libertad de manifestar sus sentimientos y afectos como la
                                          tienen muchachos y muchachas heterosexuales. Esto se debe a que
                                          todavía no hemos cambiado y seguimos perpetuando –como un
                                          lastre del pasado– la idea de que otras preferencias sexuales tienen
                                          algo “malo”, “no se ven bien” y, por tanto, deben ocultarse.
                                             Los y las jóvenes, en sus relaciones afectivas, están ensayando y
                                          aprendiendo, por lo que aún requieren de apoyo y orientación por
                                          parte de los adultos sobre aspectos de autocuidado, de amor hacia sí
                                          mismos/as y, sobre todo, de la responsabilidad que implica el ejercicio
                                          de la sexualidad. Al respecto, en este número de la revista se incluye
                                          el  artículo  “Jóvenes  y  sexualidad”,  de  Brenda  Reyes-García,  en  el
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