Page 13 - Ra Rió Guendaruyubi 7
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septiembre - diciembre - 2019 / 3(7)
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El uso de videojuegos es una
práctica atractiva para gran
cantidad de muchachos e
innegablemente forma parte de su
cultura juvenil, una manera de ser
joven en el tiempo libre
Con el tiempo, los videojugadores dominan trucos, acaban misiones
o enfrentan retos y el juego, que en un principio era complicado y
entretenido, se torna sencillo y hasta aburrido: “Igual y ya mejoré
mucho mis técnicas y se me hace muy fácil” (Juan). “Con el tiempo
vas aprendiendo combos especiales [trucos] y te va gustando y los
vas practicando, ¡y ya!, después, cuando te sale como que te empiezas
a aburrir” (Pepe). Entonces “ya no se le encuentra el chiste” a los
videojuegos, “ya no divierte a quien, demasiado entrenado o hábil,
gana sin esfuerzo e inevitablemente” (Caillois, 1986, p. 34).
“Sentía cansancio, fatiga en los ojos, o en la mano”
Videojugar implica una permanente concentración visual frente a la
pantalla y, como suele suceder con otras actividades, con el tiempo
se padecen ciertas molestias físicas: “Hace unos cuatro años yo era de
videojugar a diario, de ocho a 10 de la noche, después sentía cansancio,
fatiga, los ojos, o luego la mano, empezaba la irritación en los ojos” (Álex).
“El Xbox a veces lo juego, pero ya no me llama la atención, porque me
empezó a doler mucho la cabeza. El doctor me dijo que videojugar podría
traerme ataques epilépticos por las luces” (Oliverio).
Las molestias provocaron que los jóvenes disminuyeran el tiempo
dedicado a esta actividad: “lunes, martes, jueves, dos horas máximo, porque
después empieza a arder la vista y ya te aburres de estar jugando” (Juan).
“Aburrido por el motivo de que me cansaba estar sentado jugando, o se
cansa la vista o los dedos también, de que los estás apriete y apriete” (Paco).
“Ya no me dan ganas, los intereses van cambiando conforme vas
creciendo”
Al crecer, los jóvenes hacen nuevos amigos y definen distintos gustos,
diferentes a los elegidos por los niños: “Mi primo tiene su Play 3, me iba
con él, ahora llego y lo veo jugando y no me dan ganas… los intereses van
cambiando conforme vas creciendo, ¿no?” (Irvin). “Antes lo hacía a diario
y ahorita ya no, ahora estoy más en la música, amigos, salidas” (Elí). “Nos
picábamos con el juego, ahora a veces no quiero jugar, pues me salgo,
porque es más divertido, a estar pegado ahí” (Juan).
Experiencias
juveniles en
el uso de
videojuegos
Bernardino-Hernández