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septiembre-diciembre - 2020 / 4(10)
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Panteón municipal de Villa Talea de Castro. Fotografía de Keyla Mesulemet Ramírez Cruz
por sus raíces prehispánicas. En nuestras comunidades zapotecas son
parte de la cotidianidad la vida y la muerte; esta última es una fiesta
de alegría de carácter familiar, pues reúne a toda la familia, la que vive
en la misma comunidad, y hace volver a quienes están fuera. Hay una
convivencia y compartencia desde los preparativos, ya que todos/
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as los/as integrantes de la familia participan en las actividades, como
ir a comprar flores a la plaza, cocinar los alimentos tradicionales (pan,
chocolate, mole, dulce de calabaza, etcétera), hasta acudir al panteón y
adornar un altar en las tumbas de los difuntos.

Así pues, conmemorar el Día de Muertos es parte de un sistema de
esquemas y símbolos adquiridos por las personas en tanto miembros de
la sociedad. Es decir, todo lo relacionado con esta práctica es aprendido
dentro de una comunidad a través de diferentes medios, siendo uno de
los más importantes la tradición oral.

De acuerdo con la cosmovisión de nuestras comunidades indígenas,
la muerte no remite a una ausencia, sino a una presencia viva; la muerte
es una metáfora de la vida que se materializa en el altar ofrecido: quienes
hoy ofrendamos a los muertos, seremos en el futuro invitados a la fiesta.
En definitiva, el Día de Muertos se trata de una celebración que encierra
una gran trascendencia popular, en tanto que comprende diversos
ámbitos de significación, desde los filosóficos hasta los materiales.

El Día de Muertos en las escuelas y en la UNESCO
De acuerdo con Giménez (2005), en la segunda fase de la cultura-
patrimonio, desde el siglo pasado hemos visto cómo el Estado ha hecho
un gran esfuerzo por controlar, administrar y gestionar la cultura. De
esta forma, la cultura se vuelve parte del aparato gubernamental bajo
una lógica de centralización y homogeneización, sin considerar que
en nuestras comunidades y en todo el estado de Oaxaca es imposible
unificar, pues somos una entidad multicultural y diversa.

2 Desde nuestra experiencia, compartencia es la forma de compartir –desde la cosmovisión de pueblos indígenas– semillas
nativas, alimentos, artículos, conocimientos y saberes. Es un acto de reciprocidad y amor a la madre Tierra y al prójimo, que
integra, relaciona y une.
Día de Muertos:
de la compartencia
a un producto comercial
López-Pérez & Ramírez-Cruz