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mayo - agosto - 2019 / 2(6)
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Fuente: Pixabay, 2020
aptitud humana para llevarlo a cabo (Morán, 2009). Por eso, al entender
la inteligencia como capacidad, comprendemos que ésta se desarrollará
en mayor o menor medida de acuerdo con los estímulos del exterior,
con los aspectos genéticos y neurológicos y, como se ha dicho, con los
intereses propios de cada quien.
¿Para qué desarrollar la inteligencia musical y cómo hacerlo?
La música en nuestras vidas no solo tiene efectos artísticos, sino también
emocionales y sociales. En este sentido, se sugiere que aprendemos y
desarrollamos la inteligencia musical en los momentos de interacción
con los/as otros/as a partir de identificar las vocalizaciones, gestos
y articulaciones como proceso comunicativo o expresivo. Es decir,
estimulamos esta inteligencia en mayor o menor medida y de manera
orgánica en nuestro propio crecimiento humano y en nuestra formación.
Así, este aspecto es prácticamente esencial en nuestra composición
como seres humanos. La música está en nuestro interior haciendo
de las suyas, configurando nuestras interacciones con el ambiente y
determinando otros aspectos de nuestra existencia.
De acuerdo con Morán (2009), el aprendizaje musical tiene un efecto
positivo sobre la memoria y la atención, y por lo tanto se sugiere que la
presencia y enseñanza musical sea parte medular en la formación integral
de las personas.
El ambiente sonoro y particularmente la música estimulan y modifican
nuestro estado de ánimo, lo que incide en la forma en que aprendemos,
situación que podríamos aprovechar para lo relativo a la escuela, por
ejemplo. Podemos decir, entonces, que la inteligencia musical detona el
desarrollo de las otras inteligencias.
Inteligencia musical
para todos/as
Santiago & García