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Editorial
a filogenética es la parte de la sistemática que estudia las relaciones ancestro-descendientes
entre los seres vivos. Al inicio, esta rama se desarrolló sobre una base descriptiva, clasificando
Llas especies según sus rasgos. Sin embargo, en el siglo XX se produjo un cambio de paradigma
impulsado por los avances tecnológicos que revelaron el papel fundamental de las proteínas y del ADN
en la evolución, lo que condujo a los actuales enfoques cuantitativos y computacionales en filogenética.
Hoy en día, la biología y las matemáticas, haciendo uso de herramientas de la bioinformática, pueden
utilizar el volumen de datos disponibles para plantear hipótesis robustas sobre la historia de la vida.
Dado que el objetivo principal de la filogenética es inferir las relaciones ancestro-descendientes
entre diferentes linajes, es necesario hacer uso de árboles filogenéticos que permitan visualizar
ese patrón. También es pertinente emplear métodos estadísticos y algebraicos para obtener una
primera hipótesis de las relaciones evolutivas entre las distintas progenies, de acuerdo con los datos
disponibles. Este proceso recibe el nombre de inferencia filogenética.
En este número de Tequio se describen métodos clásicos de inferencia filogenética, como la máxima
parsimonia, la máxima verosimilitud y la inferencia bayesiana, así como procedimientos alternativos,
entre ellos la conjugación de Hadamard o la teoría de politopos que están relacionados con el enfoque
basado en la distancia. La información que aquí se presenta no pretende ser una revisión exhaustiva,
ya que se trata de un campo bastante desarrollado. En su lugar, se quiere introducir el tema, brindando
diferentes puntos de vista, explicando conexiones que son de interés tanto para biólogos/as como
para matemáticos/as.
En las siguientes páginas veremos cómo la máxima parsimonia (MP) estima una filogenia
utilizando el principio de la Navaja de Ockham, según el cual la respuesta más simple o que implica
el menor número de pasos evolutivos tiende a ser la mejor. Esta idea es radicalmente diferente de lo
que proponen formas más novedosas de reconstrucción filogenética, como la máxima verosimilitud
(MV) y la inferencia bayesiana (IB), que tienen como punto de partida los mismos conceptos de
verosimilitud o probabilidad de una filogenia. El primero de estos dos conceptos parte de secuencias
de ADN o caracteres morfológicos provenientes de varias especies o linajes, bajo un modelo concreto
de evolución. La diferencia entre la MV y la IB radica en el principio estadístico sobre el que se sustenta
cada una. La MV reporta al árbol más verosímil, mientras que la IB calcula la probabilidad posterior
de cada filogenia, aplicando el Teorema de Bayes. En este número se describen los pasos necesarios
para inferir una filogenia usando la MP, la MV y la IB.
Otra herramienta que también presentamos es la conjugación de Hadamard. Ésta es una ecuación
matricial que relaciona las longitudes de las ramas de un árbol filogenético (propuesto desde el
principio) con su distribución de probabilidad de los patrones de sustitución. El enfoque se centra en
Tequio, enero-abril 2021, vol. 4, no. 11