Page 32 - Tequio 7
P. 32

30    Los ecos de las violencias silenciadas/Magaña, Santana & Marín/27-37






                éstas en otros momentos se resignifican a manera de    El género no solamente apela a las relaciones y
                espacios de reflexión para cuestionar dicho sistema de   estructuras, es ver cómo a través de estos cruces y
                dominación y ejercicio de violencias (Lugones, 2008;   construcciones coloniales y jerarquizantes se recurre
                Segato, 2011).                                 a las “neutralidades” que producen un borramiento
                   Por ello, enmarcado en una perspectiva de   de las desigualdades, que legitima la dominación
                género  decolonial,  a  partir de dos  experiencias este   y explotación, al mismo tiempo que produce un
                artículo  busca  visibilizar  las  violencias  que se viven   binarismo acerca de los géneros equiparados al sexo
                en contextos académicos y universitarios, para   biológico, que niega la posibilidad de otras formas
                reflexionar, primero, sobre el papel de las universidades   de vivir y comprender el género, que atraviesan la
                como productoras y reproductoras del ejercicio del   experiencia y vivencia de hombres y mujeres. En este
                poder en las relaciones de género marcadas por el   caso, estas claves de lectura y vocabulario estratégico
                sistema de género dominante (Lamas, 2013; Lugones,   deben pasar por un procedimiento de escucha distinto
                2008; Segato, 2011); y segundo, como un espacio en   (y aquí agregamos el de la escritura), lo que se
                el que empiezan a emerger cuestionamientos sobre   denomina como “escucha etnográfica” para acercarnos
                las  violencias  dentro  de  las  universidades  y  a  tejer   a una antropología por demanda
                relaciones basadas en la sororidad y la solidaridad
                para la resistencia y resiliencia de mujeres en el   que produce conocimiento y reflexión como
                día a día (Bidaseca, 2017; Lugones, 2008; Segato,   respuesta a las preguntas que le son colocadas por
                2011). Es decir, un espacio de contrarresistencia,   quienes de otra forma serían, en una perspectiva
                contrahegemonía y de inflexión decolonial sobre lo   clásica, sus “objetos” de observación y estudio,
                naturalizado y asumido, en este caso las violencias de   primero de una forma inadvertida, y después
                género, en estos entornos institucionalizados en los   teorizada (Segato, 2011, p. 12).
                que  predomina el  colonialismo, el heteropatriarcado
                y el capitalismo del saber-ser (Santos, 2011; Quijano,   En este sentido, a las que aquí escribimos nos interesa
                2000 y 2014).                                  ensayar la posibilidad de situarnos y posicionarnos
                                                               como sujetos investidos en la construcción de una
                                                               reflexión decolonial a partir de una lectura-escritura
                Los ecos de las violencias de género  en voz alta, de lo que ha sido silenciado y borrado
                silenciadas en clave decolonial                por los lentes de la colonialidad del saber-ser y
                                                                                             6
                Rita Segato, en su texto “Género y colonialidad:   colonialidad del género dentro de las universidades:
                en  busca  de  claves  de  lectura  y de un vocabulario   las violencias de género que se ejercen y asumen
                estratégico descolonial”, nos invita a reflexionar sobre   en esa lealtad al sistema género (Quijano, 2000 y
                el estatus teórico del género y no sólo como eje de   2014; Lugones, 2008). Es decir, recuperar nuestra
                estudio que debe ser considerado en una investigación.   subjetividad a través de posicionar nuestra voz y




                 6   Cuando hablamos de “colonialidad” no nos referimos al sentido estricto del tiempo historiográfico, es decir, una etapa histórica dentro del desarrollo
                 de la humanidad que concluyó con las independencias latinoamericanas. Esta mirada temporalizante y fragmentaria de la historia ha conducido a una
                 discusión limitada a ciertos círculos, pero que cada vez adquiere vigencia en los debates en el Sur y su giro decolonial (Mignolo, 2007). “Colonialidad”
                 es una noción que hace referencia a esas formas de dominación, de poder estructural que se implementaron en el proceso de colonización histórica y
                 establecieron reglas sobre el orden social (sistema jurídico, político y administrativo); en paralelo, este orden dominante reorganizó relaciones sociales
                 y simbólicas sobre identidades, experiencias del mundo, formas de enunciar y de simbolizar en imaginarios que marca o insubordina a las visiones
                 diferentes en el contexto de la condición colonial (Quijano, 2000). Las dimensiones que atraviesan la noción de colonialidad son: proceso histórico
                 de conquista y colonización política y territorialmente situada con la llegada de Cortés; la dimensión simbólica de imaginarios que insubordina a las
                 visiones disímiles; dimensión del “decir” o “de la enunciación” (locus); y la dimensión del sujeto, subjetividad e identidad.



                                              Tequio, septiembre-diciembre 2019, vol. 3, no. 7
   27   28   29   30   31   32   33   34   35   36   37